Paseo a caballo Argeles S Ferrer 3Paseo a caballo Argeles S Ferrer 3
©Paseo a caballo Argeles S Ferrer 3|S. Ferrer

Cruzar el río a caballo El sabor de la aventura en Argelès-sur-Mer

Paseos a caballo en Argelès-sur-Mer. Un hermoso paseo por el bosque y cascos en el agua.

Esta puesta de sol desde un kayak nos recordó aquella famosa toma final de Lucky Luke y Joly Jumper, ¡mientras emprendíamos nuevas aventuras! En Argelès-sur-Mer hay un montón de actividades ecuestres disponibles. Así que coge tu sombrero, coge una ramita y ¡síguenos!

 ¡3,2,1 ride!

La cita es en un rancho de Argelès-sur-Mer para dar un paseo a caballo por el río (Le Tech, que desemboca en el mar en Argelès-sur-Mer). Son las 9.15 y el sol ya está en lo alto de la pequeña recepción del rancho. Nos reciben de buen humor y nuestro guía nos reparte las bombas… (Ah, sí, para los que no lo sepáis, una bomba también es un casco de equitación 😉 ).

Con las bombas atornilladas a la cabeza, nos reunimos con nuestras monturas. Para nosotros, serán ‘Orphée’ y ‘Pati’. Es impresionante estar tan cerca de un caballo, y te das cuenta de lo bello e imponente que es este animal.

El primer paso es subirse a la montura… Parece tan sencillo cuando ves a los vaqueros en las películas del Oeste, pero créenos que no es tan fácil… Con la ayuda de nuestros guías, lo conseguiremos igualmente. ¡En marcha! Pie izquierdo en el estribo y ¡adelante!

Qué sensación tan increíble la de subirse a la silla de montar, estás en lo alto y enseguida te sientes uno con tu compañero de cabalgata. Sólo queda ajustar la altura y la posición del pie en el estribo y aprender los movimientos básicos para dirigir al caballo:
– talonear para avanzar
– tirar de las riendas hacia atrás para parar
– tirar de las riendas a la derecha para ir a la derecha y a la izquierda para ir a la izquierda.
Salimos para un paseo de hora y media por las orillas del río Tech.

 Caminar, trotar

Nuestra procesión de unos 10 caballos tomó pequeñas pistas y caminos de tierra, y a veces tomamos senderos que literalmente serpenteaban entre la vegetación. A veces hay que agacharse para pasar por debajo de las ramas. Caminamos a paso de paseo, pero cuando el terreno lo permite intentamos trotar, lo que hace subir la adrenalina.

Estamos cerca del río y nuestro guía nos dice que hay una bajada complicada hasta la orilla. Nos recostamos en nuestros sillines para este tramo técnico, pero la recompensa es grande cuando el río se revela poco a poco ante nosotros.

 Un momento mágico

Los caballos entran en el río, y es una experiencia memorable… Nos salpican los pies, los rayos del sol hacen brillar la superficie e incluso vemos peces zigzagueando justo por encima del agua. Deseamos que este momento no acabe nunca. Los caballos también parecen contentos de refrescarse. Mientras nos abrimos paso por el medio del río, el agua casi nos llega a los zapatos y pasamos de una orilla a otra, el fondo rocoso. Tras una larga travesía, regresamos a una orilla bordeada de juncos e iniciamos el camino de vuelta. Nuestra confianza crece y empezamos a encariñarnos con los caballos. Se nos encoge el corazón al pensar en la despedida. Algunos de nosotros nos distrajimos un poco, dejando que nuestros caballos se desviaran del camino para agarrar un poco de hierba o una rama de junco perdida.
El pequeño rancho se abre a la vista al final del camino y, tras acariciar a los caballos por última vez, bajamos de la silla y los dejamos para siempre. Teníamos las piernas un poco entumecidas, pero todos nos fuimos con la sensación de haber vivido una experiencia única. Queremos dar las gracias a nuestros tres guías por habernos tranquilizado. Sin duda volveríamos a hacerlo.

Muchas gracias al Ranch de la Sirène por su tiempo y su cálida acogida.

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