Lezbroz son Teddy y su hermano Thomas, fotógrafo y videógrafo respectivamente. Viajan por toda Francia, Europa y el mundo para mostrar la riqueza de la región a través de sus reportajes visuales. Les gusta compartir sus descubrimientos con su comunidad, ya sea en Instagram o en su blog, lejos de los tópicos y los caminos trillados. Así que se detuvieron en Argelès-sur-Mer
Lezbroz Dos hermanos viajeros y soñadores
¿Quién es usted, Lezbroz?
Lezbroz recuerda a «Los Hermanos» y subraya nuestro lado fraternal. Un día me enamoré de los viajes y de la fotografía al mismo tiempo. Así que empecé por mi cuenta, antes de que Thomas se uniera a mí hace cinco años. Desde entonces, viajamos por el mundo compartiendo los contenidos que creamos para inspirar a nuestros seguidores a visitar los lugares que descubrimos. Y Argelès-sur-Mer ha sido un gran descubrimiento.
¿Y qué tendría que compartir sobre Argelès-sur-Mer?
Me encantó Argelès-sur-Mer. Tiene un lado salvaje, playas inmensas, grandes espacios abiertos… se puede respirar. Además
tiene un rico patrimonio. Basta con pasear por el pueblo. Se puede admirar un amanecer en la playa y una puesta de sol en lo alto de las montañas, todo en el mismo día. Y, fuera de temporada, ¡es sencillamente genial! Para la fotografía, es fabuloso, porque captas atmósferas especiales. Hay tres lugares que me enamoraron: el barrio de Racou, con sus casitas junto al mar por las que se puede pasear por la arena a lo largo de callejuelas bordeadas de flores. No me lo esperaba y eso multiplicó por diez la sorpresa. La subida a la torre Massane, aunque me costó llegar. Pero una vez arriba, la vista es impresionante, sobre todo al final del día. El sendero costero, que recorre toda la costa salvaje, al borde de los acantilados. Es un lugar estupendo para pasear.
¿Cuál es su lugar favorito?
Es un lugar con un ambiente especial para los que les gusta la tranquilidad, recargar las pilas y estar en plena naturaleza. Amplios espacios abiertos, las montañas detrás. Vivir un amanecer o una puesta de sol en la reserva natural de Mas Larrieu tiene ese aire de fin del mundo que me encanta.